martes, 15 de junio de 2010



EL GRAN LIBRO DE LOS HECHIZOS MAGISTRALES


“¡HADAS Y VARITAS!", PROTESTABA LA BRUJA JORGELINA, QUE NO ENCONTRABA SU GRAN LIBRO DE HECHIZOS MAGISTRALES POR NINGÚN LADO.


“¿ESTARÁ EN EL COFRE ENCANTADO? NO. ¿EN LA MARMITA PARA PREPARAR POCIONES MÁGICAS? TAMPOCO. YA MIRÉ EN EL PORTAEQUIPAJES DE LA ESCOBA Y REVISÉ LAS TELAS DE ARAÑA, POR SI ESTABA AHÍ ENREDADO. NADA. Y PARA COLMO, LA FÓRMULA PARA APARECER LIBROS PERDIDOS… ¡TAMBIÉN ESTÁ EN EL LIBRO!”.

LA POBRE NO ENCONTRABA CONSUELO.


ES QUE JORGELINA ERA UNA BRUJA TERRIBLEMENTE DISTRAÍDA. Y NO ES QUE SÓLO PERDIERA LAS COSAS. ESO SERÍA LO DE MENOS. LO PEOR ES QUE ELLA HACÍA SUS HECHIZOS COMO SI NADA ¡Y DESPUÉS SE OLVIDABA DE DESHACER LOS ENCANTAMIENTOS! AHÍ QUEDÓ EL POBRE PRÍNCIPE, CONVERTIDO EN SAPO, CROANDO INÚTILMENTE EN EL JARDÍN. ¿Y LA PRINCESA? ¡QUÉ PICARDÍA! TAN JOVEN Y CONVERTIDA EN JIRAFA. Y LA BRUJA…, NI SE ACORDABA. HASTA LE DABA GALLETITAS CUANDO IBA AL ZOOLÓGICO.


UNA TARDE DE LLUVIA, CONVIRTIÓ A SU VECINO EN PARAGUAS, CON LA PROMESA DE “RECONVERTILO” EN PERSONA CUANDO PASE EL CHUBASCO. PUES LA BRUJA SE OLVIDÓ Y EL HOMBRE QUEDÓ ABANDONADO, BOCA ABAJO EN EL PARAGÜERO, ESPERANDO ALGUNA LLOVIZNA PARA SALIR A DAR UNA VUELTA. Y ESO NO ES TODO…


OTRO DÍA, DE MUCHO CALOR, LA BRUJA CONVIRTIÓ AL AGUA DE LA FUENTE EN HELADO DE LIMÓN. ¡QUÉ LÍO! UNOS PEDÍAN A GRITOS QUE VOLVIESE EL AGUA Y OTROS QUERÍAN HELADO DE DULCE DE LECHE. LA PLAZA SE LLENÓ DE VISITAS GUIADAS Y SE LEVANTARON PUESTOS DE “SOUVERNIRS” PARA LOS TURISTAS, DONDE VENDÍAN UN VIDEO DEL HELADO FLUYENDO A BORBOTONES. ¿Y LA BRUJA? NO SE ACORDABA DE NADA. CUANDO PASABA CERCA DE LA FUENTE, PROBABA UN POCO DE HELADO Y SEGUÍA ADELANTE LO MÁS TRANQUILA.


Y ESO QUE HACÍA TODO LO POSIBLE PARA NO OLVIDARSE DE LAS COSAS. CUANDO ENCANTÓ A LA PRINCESA, LE HIZO UN NUDO AL PAÑUELO. CUANDO CONVIRTIÓ AL PRÍNCIPE, PUSO UNA ESTRELLA EN LA PUNTA DE SU SOMBRERO. EL DÍA DE LA FUENTE PINTÓ LA MARMITA DE AMARILLO LIMÓN. Y LE PUSO UN MOÑO AL PARAGUAS. ¡QUEDABA TAN LINDO CON EL MOÑITO! PERO TANTO ESFUERZO NO SERVÍA PARA NADA. JORGELINA NO SABÍA PARA QUE HABÍA HECHO TODAS ESAS COSAS. ADEMÁS, COMO BUENA BRUJA DESPISTADA, TENÍA LA HELADERA LLENA DE PAPELITOS “AYUDAMEMORIA”. HABÍA ANOTADO ALGUNAS FÓRMULAS Y ESTABAN PEGADAS CON IMANES PARA TENERLAS BIEN A LA VISTA.


LA CUESTIÓN ES QUE DE TANTO BUSCAR EL GRAN LIBRO LE DIO UNA SED BÁRBARA Y CUANDO FUE A LA HELADERA A SERVIRSE JUGO DE ANANÁ, VIO LOS ENCANTAMIENTOS PEGADOS EN LA PUERTA CON IMANES DE TODOS COLORES. “¡LAS FÓRMULAS!”, GRITÓ ENTUSIASMADA. “¡SEGURO QUE UNA DE ELLAS HACE APARECER MI GRAN LIBRO!”


TOMÓ UNO DE LOS PAPELITOS, SE ACOMODÓ EL SOMBRERO Y LEYÓ: “A LA UNA, A LAS DOS Y A LAS TRES: ¡QUÉ EL PARAGUAS SE PARE EN DOS PIES!” Y AHÍ NOMÁS APARECIÓ EL VECINO TODO APRETADO EN EL PARAGÜERO.

“¡POR FIN JORGELINA! ¡YA NO SABÍA CÓMO ACOMODAR MIS VARILLAS PARA ESTAR CÓMODO!”, DIJO EL SEÑOR MIENTRAS DESCENDÍA DEL PARAGÜERO. JORGELINA SE ACERCÓ A LA PUERTA Y SE DESPIDIÓ CORTESMENTE DE SU VECINO. “¡LO INVITO A TOMAR EL TÉ ESTA MISMA TARDE!”, LE DIJO. DESPUÉS DE TODO, HACÍA MUCHO QUE NO LO VEÍA.


SIN PERDER MÁS TIEMPO, LA BRUJA PUSO VOZ GRAVE Y PROBÓ CON OTRO PAPELITO: “MANANTIALES… ELEGANTES…: DANOS AGUA, COMO ANTES!” EN LA PLAZA SE OYÓ UN PROLONGADO MURMULLO DE DESCONTENTO. LOS TURISTAS APAGARON LAS FILMADORAS Y LOS CHICOS BAJARON LOS CUCURUCHOS CON QUE IBAN A SERVIRSE HELADO. DE LA FUENTE NO BROTABA MÁS QUE PURA Y FRÍA AGUA CRISTALINA. “¡BAH!”, DIJO UN RECIÉN LLEGADO, “OTRO ENGAÑO PARA PROMOVER EL TURISMO”.


JORGELINA NO SE DESANIMÓ. “¡TIENE QUE APARECER MI LIBRO!”, REPETÍA TEMBLOROSA AL TIEMPO QUE TOMABA UN TERCER PAPELITO DE LA PUERTA DE LA HELADERA: “A LAS CUATRO, A LAS CINCO, A LAS SEIS: ¿ES UN SAPO LO QUE VEIS?” ¡PUF! UNA GRAN NUBE DE HUMO EN EL ESTANQUE DEL JARDÍN Y EN LUGAR DEL BATRACIO, APARECIÓ UN APUESTO PRÍNCIPE. PERO, EL IRUPÉ EN EL QUE ESTABA SENTADO NO SOPORTÓ SU PESO Y EL POBRE SE FUE A PIQUE. JORGELINA LE PRESTÓ UN SECADOR DE PELO Y LE HIZO UNA SOPA CALIENTE PARA EVITAR UN RESFRÍO. ¡FALTABA MÁS! ¡EL PRÍNCIPE SE HABÍA HUNDIDO EN SU PROPIO ESTANQUE!


LA BRUJA ESTABA AGOTADA. ¡TANTO HECHIZO Y EL LIBRO QUE NO APARECÍA! “UNO MÁS Y NO PRUEBO MÁS”, DECIDIÓ POR FIN .HIZO ALGUNOS EJERCICIOS DE RESPIRACIÓN Y AL RATO ENUNCIÓ PAUSADAMENTE LA ÚLTIMA FÓRMULA QUE TENÍA PEGADA A LA HELADERA: ”LARGO CUELLO…GRAN FINEZA: ¡NO ES JIRAFA VUESTRA ALTEZA!” OTRO ¡PUF! Y OTRA NUBE. LA JIRAFA, ”RECONVERTIDA” EN PRINCESA, ACEPTÓ CON UNA REVERENCIA LA GALLETITA QUE LE EXTENDÍA UN CHICO ASOMBRADO. SIN PERDER LA COMPOSTURA, SALIÓ CAMINANDO DE LA JAULA Y SE TOMÓ UNA CARROZA PARA EL PALACIO. LOS HIPOPÓTAMOS Y LOS ELEFANTES SE MIRABAN INTRIGADOS. ¡A VER SI ELLOS TAMBIÉN SE CONVERTÍAN EN PRINCESA!


FINALMENTE SE DIO POR VENCIDA. NO LE QUEDABAN MÁS HECHIZOS EN LA HELADERA Y EL LIBRO ESTABA DEFINITIVAMENTE PERDIDO. YA NO HABÍA NADA QUE HACER. SIN EL GRAN LIBRO, NO HAY BRUJA QUE VALGA.

“¡QUÉ TRISTEZA! TODA UNA VIDA CONVIRTIENDO CHICOS EN BURRITOS… EMBRUJANDO MANZANAS… Y AHORA, ¡NO PUEDO CONVERTIR NI A UN MOSQUITO!”


LENTAMENTE, PUSO LA TAPA A SU MARMITA Y FUE GUARDANDO EN EL APARADOR TODOS LOS POTES CON UÑAS DE BÚHO, LOS FRASQUITOS CON CEJAS DE PUDÚ-PUDÚ, LOS SACHETS CON PESTAÑAS DE UNICORNIO Y LAS OTRAS COSAS QUE USABA EN SUS POCIONES.
TOTAL… SIN LOS HECHIZOS MAGISTRALES, NO SERVÍAN PARA NADA. AGOBIADA, SE QUITÓ SU SOMBRERO DE ESTRELLITAS EN SEÑAL DE DERROTA Y… ¡QUÉ SORPRESA! ¡ALLÍ ESTABA EL GRAN LIBRO DE HECHIZOS MAGISTRALES!


“¡PERO CLARO! ¡AHORA ME ACUERDO! ¡LO PUSE EN EL SOMBRERO PARA NO PERDERLO! ¡QUÉ CABEZA LA MÍA!" “¡LO TUVE TODO EL TIEMPO CONMIGO!”, GRITABA LA BRUJA DANDO SALTOS DE ALEGRÍA. “¿CÓMO ME PUDE OLVIDAR?” JORGELINA DESTAPÓ LA MARMITA Y SACÓ A RELUCIR TODOS LOS FRASCOS OTRA VEZ. “¡UNA BUENA BRUJA DEBE DE TENER TODOS LOS ELEMENTOS A LA VISTA”, SE DECÍA, CON SUSPIROS DE EMOCIÓN.


EN MEDIO DE LAS RISAS LLEGÓ EL VECINO INVITADO A TOMAR EL TÉ. TANTO TIEMPO EN EL PARAGÜERO… ¡LE HABÍA TOMADO CARIÑO A LA CASA! “BIENVENIDO, VECINO, ADELANTE” SALUDÓ AMABLEMENTE LA BRUJA. ”NO SABE QUÉ CONTENTA ME PONE”

“JORGELINA”, DIJO EL VECINO, “MIRE, LE TRAJE UN REGALITO. ES UN PARAGUAS. POR SI LLUEVE, USTED SABE. QUE NO LE VAYA A FALTAR”. “AY, VECINO, MUCHAS GRACIAS. NO SE HUBIERA MOLESTADO. LO ÚNICO QUE LE PIDO, ES QUE ME AYUDE A BUSCAR LA TETERA. ¿USTED SABE QUE NO ME PUEDO ACORDAR EN QUÉ LA CONVERTÍ?” …



FIN



AUTOR: LAURA ESTEFANÍA

BIBLIOTECA ANTEOJITO INTERACTIVA

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CUENTO SELECCIONADO Y TIPEADO POR MARY FUERTES